La residencia se plantea como un espacio de laboratorio que trabaja, desde los saberes más especializados hasta los saberes más informales, con la comunidad local de Alburquerque. El trabajo en residencia abre la práctica artística a un nuevo escenario donde se rehabilita el concepto de acción y se reformula el debate entre la reflexión y la exhibición. Los artistas: Alberto Valvuena, Alvaro Rodriguez y Carlos Alberto Rodríguez aportan una línea de trabajo de investigación y experimentación sobre la relación entre arte y naturaleza que nació del proyecto VIEJA ERA DE HORCAJO. LUGAR DE MEMORIA Y DANZA (2017). El vídeo y la danza serán los canales de trabajo que junto a la población local de Alburquerque y la catarsis colectiva que el Festival de Música Contempopránea induce, conformarán las muestras finales.
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