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Proyección SOÑADORES (Bernardo Bertolucci, Reino Unido, 2003)

Proyección SOÑADORES (Bernardo Bertolucci, Reino Unido, 2003)

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SOÑADORES – Homenaje a Bernardo Bertolucci

No por esperada ha sido menos sentida la desaparición de Bernardo Bertolucci (1948-2018) autor de El Ultimo Tango en Paris, Novecento, El Conformista, El Último Emperador, La Luna, películas cuyos protagonistas rastrean entre las cenizas la posibilidad de emprender la misma revuelta, de empezar de nuevo, de discutir cada lugar común, de replantearse en sentido mismo y profundo voces como amor, vida, sexo o muerte. Recuperamos Soñadores (2003), quizás la obra más poderosa de su última etapa, un relato nostálgico, cinéfilo y desmitificador a la vez que esperanzado sobre la necesidad de no conformarse y la exigencia de la propia revolución en marcha.

The Dreamers
Reino Unido  2003 	120’
Dirección: Bernardo Bertolucci
Guión: Gilbert Adair
Reparto: Michael Pitt, Louis Garrel, Eva Green, Robin Renuci, Anna Chancellor
Fotografía: Fabio Cianchetti
Música: Varios
Los gemelos Isabelle y Theo, solos en el apartamento de sus padres, invitan a Mathew, un estudiante estadounidense, a vivir con ellos. Ajenos al exterior, donde las revueltas hacen arder las calles del París del 68, comparten una relación enmarcada por su común amor al cine, filosofan sobre la vida, y se descubren a sí mismos a través de juegos.
2004: Premios del Cine Europeo: 2 nominaciones Mejor Director y Mejor Actriz (Premios del público)
2003: Premios David di Donatello: Nominada Mejor montaje

-Los soñadores se basa en la novela The Holy Innocents, del británico Gilbert Adair, y sin embargo es una película muy autobiográfica.
-Porque hay una identificación total entre los dos referentes a la utopía, el erotismo, la pasión y la revolución. Adair vivió el mayo del 68 en París y la novela levanta testimonio de las experiencias que él mismo vivió allí. Yo estaba en aquel momento en Roma rodando Partner y no soy testigo de primera fila de los sucesos parisinos pero me reconozco un hijo natural de aquellos tiempos y de sus consecuencias. Cuando leí el libro, me sentí muy cercano, al igual que cuando descubrí Les enfants terribles de Jean Cocteau, una sensación muy similar. Hacer esta película ha sido un proceso tan natural que casi lo definiría como biológico. En cierto modo, la película opera como un espejo en el que me miro para no olvidar que las utopías y la transgresión deben seguir siendo posibles. Recuerdo que en aquellos años, nos acostábamos conociendo un mundo en que vivíamos esperando que la madrugada nos trajera uno completamente distinto. Y yo todavía no he perdido esa esperanza.

-¿Cree que las generaciones jóvenes actuales conocen el significado de mayo del 68 y las consecuencias de las que todavía nos nutrimos?
-No, en absoluto, y ésta ha sido una de las razones que me han impulsado a hacer esta película. El éxito de mayo del 68 fue sobre todo un fenómeno social que venció a las individualidades de aquel tiempo y que son la carta de naturaleza de nuestros días. No cambió nada en la política de forma inmediata, pero el mundo y sus costumbres han sido capaces de cambiar desde entonces. Se revigorizó la revolución sexual y se lanzó definitiva e irreversiblemente el movimiento del feminismo. El mundo actual sólo se comprende desde las consecuencias de aquellos hechos.

-¿Y por qué cree que ha caído en el olvido?
-Es una falta de los padres y aunque no lo soy, he querido en parte recuperar los daños que esta negligencia ha causado. Me explico: no he querido hacer una película histórica, testimonial o de época. Mi intención ha sido recuperar del olvido el espíritu que reinó en aquella época. Y, sobre todo, que las generaciones jóvenes lo conocieran. Los protagonistas de aquellos eventos o los padres de los jóvenes de hoy no cuentan nada de aquello, parece como si trataran de silenciar una especie de maldición. Algunas cosas cambiaron, pero también algunos sueños son todavía sólo eso, sueños. Por eso seguimos siendo soñadores. Quizá estemos todavía a tiempo de hacerlos realidad. En cualquier caso, quería recordar una época en la que la utopía era posible y la transgresión era considerada el motor esencial de una forma de vivir.

-En Soñadores hay mucha melancolía. ¿Encuentra que la nostalgia es positiva para su obra?
-Au contraire. Esta palabra tiene un sentido negativo para mí. Incluso el juicio que la palabra requiere me lleva a la misma reflexión sobre la política y la ideología: términos que me traen una gran carga negativa. Pero siendo sincero, cuando la política ha acabado siendo defenestrada del término ideología... me ha dejado de interesar. Ahora mismo, la política es un instrumento tecnológico y empresarial que sólo interesa a los técnicos. Son dos palabras que han perdido todo su significado en el lenguaje de hoy. Entrevista de Beatrice Sartori a Bernardo Bertolucci con motivo del estreno de Soñadores (El Cultural, 16/10/2003)
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