18:00 hasta las 21:00
KARELU.  COMPAÑÍA OS NÁUFRAGOS TEATRO (Galicia)

KARELU. COMPAÑÍA OS NÁUFRAGOS TEATRO (Galicia)

KARELU.  COMPAÑÍA OS NÁUFRAGOS TEATRO (Galicia)
Viernes 5 de marzo en Sala Maltravieso Teatro de Cáceres.
Dos sesiones. 18h y 20h
Aforo limitado. Reserva tu plaza por whatsapp en el 686238584.
Espacio Seguro Anti COVID-19  #culturasegura

SOBRE LA OBRA
KARELU nos sitúa en el conflicto sobre un hecho. Dani, el hijo de Martín,
tiene un karelu en su brazo derecho, una marca que deja la ropa en la
piel. Una agresión. MARTÍN RECIBE la visita de su hermano, necesita
aclarar con él lo que pasó. A partir de ahí, comienza un viaje al pasado
donde surgen aspectos de su vida familiar, de cuando eran niños y como
fue la educación recibida por sus padres.
Karelu habla de la educación en el entorno familiar, de la violencia y de
la crisis de valores en la sociedad actual.

SOBRE LA COMPAÑIA
Os Náufragos teatro sigue el trabajo de anteriores montajes colaborando con un
equipo artístico estable que le acompaña desde sus comienzos como compañía
madrileña de artistas gallegos, además de continuar con puestas en escena que define
la estética y la ética de nuestra compañía. Desde el diseño de luces de Esther Aja hasta
la escenografía de Marisa Delaiglesia. En nuestro equipo se encuentran a Denis Gómez
y Gustavo del Río, dos valores fijos de nuestra compañía. Os Náufragos apuesta por
nuevas incorporaciones como Santi Cuquejo, actor en alza gallego, que interpreta al
hermano de nuestra ficción, junto al propio Denis Gómez, les dan vida a los dos
protagonistas de KARELU.
Contamos también con Ismael G. Candal, dramaturgo joven licenciado por la RESAD y
con Miguel Arthus, compositor, músico y docente, que colabora, entre otros, con Rosa
Cedrón.

PADRE Denis Gómez
HERMANO Santiago Cuquejo
ESPACIO ESCÉNICO Marisa DelaIglesia
ESPACIO LUMÍNICO Esther Aja
PRODUCE Gustavo del Río / AGADIC
DRAMATURGIA Ismael G. Candal e Gustavo del Río
ESPACIO SONORO Y MÚSICA EN DIRECTO Miguel Arthus
DISEÑO GRÁFICO Sebastián Casanova
DIRECCIÓN Gustavo del Río

MEMORIA de PROYECTO INTERÉS CULTURAL y SOCIAL
KARELU (TuluIndia)
La marca que deja en la piel la ropa. Hemos escuchado mil veces la frase “mejor un cachete o un tortazo a tiempo que lamentarlo después toda la vida” o “un buen tortazo a tiempo es lo que necesita un niño para que se le quite la tontería”. Quizás crean algunos que es así, hay personas que incluso lo han recomendado o que en algún momento lo hayas LO HAYAN
aplicado con tus hijos.
Pero ¿es realmente la solución?.
No existe tarea más difícil que educar a alguien. Y esto es así porque, a pesar de
saberte toda la teoría disponible y conocer a la perfección las leyes de aprendizaje, la
enorme implicación emocional que conlleva nos hace cometer errores. La mayor parte
de veces con la mejor de las intenciones: que nuestros hijos no sufran. Pero también
porque nos cansamos, nos estresamos y nos desesperamos. Todo ello hace que a
veces, después de intentar lo inimaginable, optemos por recurrir a un cachete o un
tortazo para poner fin a una conducta que no nos gusta.
Muchos padres hacen verdaderos esfuerzos por no perder la calma ante
situaciones de sumo estrés como son las RABIETAS DE los más pequeños. Lo que
ellos no saben es que hacer eso, no perder la calma, es una victoria en sus
relaciones de ahora, mañana y siempre. ¿Pegar a los hijos es maltratarlos? Mucha
gente justifica la educación con bofetadas con la famosa frase «una bofetada a
tiempo...». esto se repite en el primer párrafo ELIMINA ESTA FRASE EN ROJO,
desde mucha hasta tiempo.
El cachete tiene que ver con un impulso no con una estrategia planificada que
tiene un fin, el de educar. Ningún padre, o casi ninguno, planifican dar un cacheteo
una bofeteada como parte de un plan. Suele ser producto de la impotencia, de la
falta de control y de recursos, del cansancio, del bloqueo y también, de haberlo
recibido. Así que brota de nuestro interior cuando el campo está abonado para
ello. Es verdad, a veces los niños nos llevan al límite. Es nuestra responsabilidad
aprender a no reaccionar. Somos los adultos, somos los educadores. No somos
otro niño que responde con igual pérdida de control. Estamos ofreciendo modelos
de conducta. Si perdemos el control y agredimos, también le estamos dando un
ejemplo, negativo.
¿Escuchamos con frecuencia la expresión «A mí me pegaron alguna que otra
bofetada y aquí estoy tan normal»?
—Sí, muchas veces y siempre me viene a la cabeza preguntarme ¿quién serías de
no haber recibido esos cachetes? Cuántas batallas internas, conscientes o no, has
tenido que librar y cuánta energía has dedicado a eso, y cuántos de esos cachetes
no se reflejan en tu trato hacia ti mismo y hacia los otros.

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